El cura Óscar Zamora.de la iglesia Nuestra Señora de Andacollo, ubicada en el cerro Ramaditas sufrió un ataque al tratar de impedir un crimen; “por defender a una niña me pegaron entre ocho y en otra ocasión me dieron un fierrazo en la cabeza”.

En una comunidad parroquial fue a celebrar las Fiestas Patrias con sus amigos, y cerca las 03:00 de la madrugada decidieron regresar a sus hogares, por lo que decidieron un tomar un micro; “cuando nos subimos ya había ocurrido un altercado entre dos muchachos que discutían. Les pedí que no echaran a perder la fiesta y uno respondió que no iba a pasar nada”.

“Vi cuando del pecho sacó un arma blanca, le grité y me le fui encima para impedir que le enterrara el cuchillo en el cuello”, y medio del forcejeo sufrió dos heridas cortopunzantes.

“No fui atacado directamente, sino que intervine entre dos personas que se estaban agrediendo, y al quitarle el cuchillo recibí los dos cortes. Le salvé la vida a dos personas: al que no mataron y al que lo iba a asesinar que no irá preso por un crimen”.

“Nunca supe el motivo de la riña. Hablé con él en la posta y me dijo que se dejó llevar por la ira. Espero que se haya arrepentido, pero su mamá me conocía y me pidió perdón repetidas veces”.