Le gritaron “¡vecino, cuidado!”, pero no supo de qué, hasta que cinco perros bóxers, de diferentes tamaños, se le tiraron encima y lo mordieron.
Eran las 09:15 de la mañana del martes. Luis Inostroza, comerciante independiente de 58 años, acababa de dejar su furgón de trabajo en un taller mecánico, y se devolvía caminando a su casa por la calle Osmán Pérez Freire de Belloto Norte.
En eso, cuando llegó a la intersección de Leucotón, una mujer le advirtió que corría peligro. Luis Inostroza miró para todas partes, pero no se percató de nada, hasta que los cinco canes se le tiraron directo a los brazos y las piernas. Un vecino que escuchó sus alaridos de angustia trató de defenderlo con un cuchillo, pero se quedó impávido y no hizo nada. “Mi padre trataba de defenderse pegando patadas, pero los perros lo botaban. En un momento, cuando logró pararse, lo volvieron a botar, pero ya no sentía las manos”, relata Fanny Inostroza, hija de la víctima.
Quedó en shock
El comerciante se zafó de la jauría por sus propios medios y se levantó del suelo desorientado y en shock. “Los vecinos que lo vieron me dijeron que estaba como perdido. Después llamaron al 133 de Carabineros y mi papá, como pudo, le marcó desde su celular a mi mamá. Le pidió que le dijera a mi hermano que le abriera la puerta, ya que ella estaba cuidando a mis hijas en mi casa”, cuenta Fanny Inostroza.
El hijo, al ver cómo venía su padre, rápidamente le pidió el vehículo a una vecina de al frente, para que pudiera llevarlo de urgencias al Hospital de Quilpué. De camino, se toparon con Carabineros. “Apenas lo vieron le dijeron que ya tenían conocimiento de otros casos similares y se fueron directo a la casa del dueño de los perros. Lo llamaron y salió un joven medio dormido. Le preguntaron dónde estaban sus perros y no sabía. ‘Vaya a buscarlos, mire como dejaron al caballero’, le dijeron”, explica la hija del afectado.
Con yeso y en reposo
Tras ser examinado, Don Luis Inostroza fue trasladado al Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar por sus múltiples lesiones Allí le hicieron otras radiografías y le dijeron que había dos opciones: que lo operaran o lo enyesaran.
“La operación era más rápida, pero salía más de 2 millones de pesos. Así que además de las suturas que le hicieron en las dos piernas, a mi padre le tuvieron que poner yesos en sus dos brazos por dos meses, sin contar el tiempo de la rehabilitación”, dice Fanny Inostroza.
Be the first to write a comment.