Sin edecanes se encuentran desde hace varios meses la Cámara de Diputados y el Senado, situación inédita desde 1823, cuando el director supremo Ramón Freire inició la tradición de los uniformados que acompañan las actividades protocolares de las mesas directivas de ambas ramas del Congreso.
Según informa hoy El Mercurio, la razón de la ausencia de edecanes es la negativa del Ministerio de Defensa de destinar un oficial en servicio activo con especialidad en Estado Mayor, porque contravendría el estatuto del personal parlamentario, al establecer que el cargo debe recaer en un oficial en retiro.
El argumento está contenido en un oficio al que accedió El Mercurio, enviado por el Ministerio de Defensa en respuesta a la petición realizada por el Congreso.
Sin embargo, según el diario, la disputa que subyace apunta a un tema práctico, respecto de quién paga la remuneración del uniformado: si es en retiro, lo hace la Cámara; por el contrario, si es activo, entonces lo cancela el Ejército.
El tema adquirió notoriedad luego de la implementación de la reforma electoral. Hasta antes de eso, la Cámara destinaba cerca de $7 millones al entonces edecán en retiro; no obstante, al ver que con iguales recursos se debía financiar la labor legislativa de 155 diputados, se pidió al Ejército el envío de un oficial activo durante la anterior administración de gobierno. Así, se destinó al coronel en servicio activo del Ejército Rocco Lancellotti, siendo ministro de Defensa José Antonio Gómez. Ahora el criterio cambió.
El subsecretario para las FF.AA., Juan Francisco Galli, confirmó a El Mercurio que “por ley, el cargo de edecán de la Cámara de Diputados debe ser ocupado por un militar en retiro, debiendo ser llamado al servicio y cumplir con las tareas protocolares y de seguridad que le corresponden en dicho rol”.
Al antecedente sobre el sueldo del edecán, se suma lo sucedido en 2016 con el coronel (r) Reinel Bocaz, quien sirvió no activo desde 2004. Doce años después, renunció por una causa de DD.HH. Fue en ese instante cuando la Cámara planteó la idea de recurrir a un uniformado activo, aduciendo que esas generaciones no tendrían reproche alguno.
De paso, esa opción permitía ahorrar a la corporación el millonario sueldo que pagaba a Bocaz por su labor de acompañar en actividades protocolares, además de orientar las políticas generales de ingreso y seguridad en el edificio.
Como en la Cámara, en el Senado se observa una situación similar; su vicepresidente Alfonso de Urresti confirmó que la mesa que integra está por la austeridad en el uso de los recursos disponibles.
Por ello no renovaron al edecán de la Marina, capitán de navío (r) Roberto Berardi, quien había solicitado a la comisión de Régimen extender su permanencia hasta por lo menos julio próximo. En ese mes se entrega el bono “romerito” de $5 millones a parte de los funcionarios de la Cámara Alta.
El senador Manuel José Ossandón ya había reclamado ante el hemiciclo por el pago de $8.500.000 de sueldo a Berardi, monto que dijo no se condice con las actividades que realiza desde hace casi una década.
Por lo pronto, De Urresti por el Senado, y el presidente de la Cámara Iván Flores, anticiparon que no pagarán por un edecán en retiro y que de insistir Defensa en ello, entonces optarán por no tener edecanes.
Be the first to write a comment.