El próximo 19 de noviembre se cumplen 1000 días desde aquel impactante 24 de febrero de 2022, cuando las primeras sirenas de ataques aéreos y explosiones de bombas y misiles rompieron la calma en Ucrania. Ese día, miles de ucranianos despertaron a una realidad que pocos querían creer: una guerra a gran escala en contra de su país. Desde entonces, durante 33 largos meses, más de dos años y medio, Ucrania ha resistido de manera valiente y decidida, defendiendo su soberanía, su libertad y su derecho a existir como nación independiente.

Aunque al principio muchos dudaron de que Ucrania pudiera enfrentarse a un enemigo militarmente superior, la realidad ha sido distinta. No solo ha resistido, sino que ha logrado recuperar territorios que fueron tomados en las primeras etapas de la invasión y ha llevado la guerra hasta el propio territorio del país invasor. Esta extraordinaria defensa ha mostrado al mundo la determinación del pueblo ucraniano. Sin embargo, el costo de esta lucha ha sido altísimo y doloroso: miles de vidas han sido perdidas o marcadas para siempre, millones de personas han sido desplazadas dentro y fuera de Ucrania, y una gran parte de la infraestructura civil ha quedado destruida.

“Solo en el último año, Rusia ha lanzado más de 9,600 misiles y casi 7,000 drones de ataque sobre Ucrania, la mayoría de ellos dirigidos contra objetivos civiles y esenciales para el funcionamiento del país”

Desde el inicio de la invasión, las tropas rusas no han logrado obtener el éxito estratégico que buscaban en el campo de batalla. Ante esto, Moscú ha cambiado su enfoque, optando por destruir todo lo que no puede capturar. En una escalada de ataques, han buscado aterrorizar a los civiles ucranianos, bombardeando de manera sistemática la infraestructura crítica y las áreas residenciales. Solo en el último año, Rusia ha lanzado más de 9,600 misiles y casi 7,000 drones de ataque sobre Ucrania, la mayoría de ellos dirigidos contra objetivos civiles y esenciales para el funcionamiento del país. Estos ataques buscan quebrar el espíritu de la nación y causar el mayor daño posible a su infraestructura.

En octubre pasado, el ejército ruso intensificó su uso de drones, lanzando más de 2,000 unidades contra objetivos civiles y militares en Ucrania, lo que representa un aumento del 43% en comparación con el mes anterior. Además de los drones, las fuerzas rusas han disparado más de 3,000 misiles S-300 en territorio ucraniano y han lanzado bombas aéreas guiadas, algunas de las cuales llegan a pesar hasta 3 toneladas. Estos ataques, que se han prolongado durante meses, han afectado profundamente la vida cotidiana en Ucrania, dejando a su paso edificios residenciales, comercios, hoteles, escuelas, iglesias, hospitales y museos destruidos. Cada ataque no solo causa daños materiales, sino también una profunda herida en la población ucraniana, que ve cómo sus espacios cotidianos y su cultura son atacados.

 “Según el informe de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, este verano se registró un incremento alarmante del 45% en el número de víctimas civiles en comparación con los tres meses anteriores, con 589 civiles muertos y 2,685 heridos”

El impacto humano es devastador. Según el informe de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, este verano se registró un incremento alarmante del 45% en el número de víctimas civiles en comparación con los tres meses anteriores, con 589 civiles muertos y 2,685 heridos. Las cifras recientes de la Misión de Monitoreo de Derechos Humanos de la ONU en Ucrania muestran que esta tendencia de aumento de víctimas civiles, que comenzó en julio, se ha mantenido. En septiembre de 2024, al menos 208 civiles, incluyendo a nueve niños, fueron asesinados y 1,220 personas, de las cuales 76 eran niños, resultaron heridas, convirtiendo a septiembre en el mes más trágico del año en cuanto a pérdidas humanas.

Una táctica particularmente cruel utilizada por las tropas rusas ha sido la de realizar ataques repetidos en los mismos lugares. Esta práctica busca maximizar las víctimas civiles, incluyendo a los equipos de rescate, médicos, policías y rescatistas desarmados que llegan para ayudar a las víctimas de los primeros bombardeos. Además, las fuerzas rusas han atacado deliberadamente estaciones de rescate del Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania, lo que ha afectado gravemente la capacidad de respuesta de estos equipos de emergencia, quienes arriesgan sus vidas cada día para salvar a los civiles afectados por los ataques.

“Según datos oficiales, cerca de 20,000 niños han sido llevados de las zonas ocupadas hacia distintas regiones rusas. La mayoría de estos niños son huérfanos o menores de quienes no se sabe el paradero de sus padres”

Otro crimen de guerra que se ha denunciado de manera persistente es el secuestro y la deportación de niños ucranianos a Rusia. Según datos oficiales, cerca de 20,000 niños han sido llevados de las zonas ocupadas hacia distintas regiones rusas. La mayoría de estos niños son huérfanos o menores de quienes no se sabe el paradero de sus padres. Este acto ha sido considerado tan grave que en marzo de 2023, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin y contra su “defensora de la niñez”, Lvova-Belova, por la participación en estos crímenes.

A pesar de todas estas adversidades, Ucrania no solo ha mostrado una resistencia militar, sino también un esfuerzo diplomático ejemplar. Las autoridades ucranianas comprenden que una victoria en el campo de batalla es solo una parte de la solución. La verdadera paz debe construirse también en la arena diplomática, y con este fin han impulsado la “Fórmula de Paz” del Presidente Zelensky. En junio de este año, tuvo lugar en Suiza la primera Cumbre Global por la Paz, en la que participaron casi 100 países de todo el mundo, entre ellos Chile, representado por su presidente Gabriel Boric.

“La última de estas conferencias, dedicada a la dimensión humanitaria, tuvo lugar en Montreal, Canadá, el 30 y 31 de octubre, y contó con la participación del canciller chileno Alberto van Klaveren, quien reafirmó el compromiso de Chile en su apoyo a Ucrania y a la búsqueda de una paz justa”