Fuente: Unicef
Las familias abordan de distintas maneras las conversaciones sobre el racismo y la discriminación. Aunque no existe un enfoque único para hacerlo, las investigaciones indican, sin lugar a duda, que lo mejor es empezar a conversar con los hijos sobre estos temas cuando todavía son pequeños. Señala el artículo de la Unicef.
Los bebés notan las diferencias físicas, como por ejemplo el color de la piel, desde que tienen seis meses de edad. Diversos estudios han revelado que, hacia los 5 años, los niños pueden dar señales de prejuicio racial, como tratar a las personas de un grupo racial más favorablemente que a las de otros grupos. Ignorar o evitar este tema no contribuye a proteger a los niños; por el contrario, es dejarlos expuestos a los prejuicios que existen dondequiera que vivamos.
Guardar silencio no es una opción.
Niños menores de 5 años. A esta edad, los niños empiezan a notar y a señalar las diferencias en las personas que los rodean. Como padre o madre, tú tienes la oportunidad de establecer con delicadeza las bases de su visión del mundo. Utiliza un lenguaje que tu hijo(a) pueda entender fácilmente y que sea apropiado para su edad. Indica la Unicef.
- Reconoce y celebra las diferencias. Por ejemplo, si tu hijo(a) te hace una pregunta sobre el color de la piel de alguna persona, puedes aprovechar la oportunidad para reconocer que las personas somos distintas, pero que tenemos cosas en común. Podrías decirle, por ejemplo: “Todos somos humanos, pero cada uno de nosotros es especial. ¡Es algo maravilloso!”
- Mantén una actitud abierta. Aclárale a tu hijo(a) que siempre estarás dispuesto(a) a responder a sus preguntas y aliéntalo(a) a preguntarte todo lo que quiera. Si señala a una persona que se ve diferente –como suelen hacer los niños movidos por la curiosidad–, no lo(a) hagas callar porque, si lo haces, pensará que se trata de un tema tabú.
- Actúa de forma justa. Alrededor de los 5 años, los niños comprenden bastante bien el concepto de justicia. Habla del racismo como algo injusto y explica a tu hijo(a) que por esta razón todos debemos esforzarnos para que esto cambie.
Está bien no conocer todas las respuestas.
- Muestra curiosidad. El primer paso es escuchar y hacer preguntas. Por ejemplo, pregúntale qué ha oído en la escuela y en la televisión y qué se dice en las redes sociales.
- Conversen sobre las redes sociales. Internet y las redes podrían contarse entre las principales fuentes de información de tu hijo(a). Demuestra interés en lo que lee y en las conversaciones que mantiene en línea. Cuando encuentres estereotipos y prejuicios raciales en los medios de comunicación, pregúntale, por ejemplo: “¿Por qué muestran a ciertas personas como si fueran malvadas y a otras no?”
- Habla abiertamente. Conversar con honestidad sobre el racismo, la diversidad y la inclusión genera confianza en tu hijo(a) y lo(a) alienta a hacerte preguntas y a exponerte sus inquietudes. Si él/ella ve que puede confiar en tu orientación, lo más probable es que quiera volver a conversar contigo sobre estos temas.
A partir de los 12 años. Los adolescentes entienden los conceptos abstractos con más claridad y pueden expresar sus opiniones. Es posible que tu hijo(a) sepa más de lo que tú crees que sabe y que este tema le suscite emociones fuertes. Procura comprender cómo se siente y qué sabe, y no pongas fin a la conversación. Explica la Unicef.
- Entérate de lo que sabe. Averigua qué sabe tu hijo(a) sobre el racismo y la discriminación. ¿Qué ha escuchado en las noticias y en la escuela? ¿Qué han dicho sus amigos?
- Haz preguntas. Cuando los noticieros presenten incidentes de racismo, aprovecha la oportunidad para conversar con tu hijo(a) sobre este tema. Pregúntale qué piensa y preséntale diferentes puntos de vista para ayudarle a ampliar su percepción del problema.
- Alienta a tu hijo(a) a actuar. Participar activamente en las redes sociales es importante para muchos adolescentes. Incluso algunos podrían estar pensando en realizar activismo en línea. Anima a tu hijo(a) a hacerlo como una manera positiva de reaccionar e interesarse en los problemas raciales.
Celebrar la diversidad
Procura que tu hijo empiece a conocer diversas culturas y preséntale personas de otras razas y orígenes étnicos. Ya sean amigos, escuelas o grupos sociales, las interacciones positivas desde temprana edad con personas de otros grupos raciales o sociales contribuyen a reducir los prejuicios y fomentan las amistades entre los miembros de distintos grupos. Señala la nota de Unicef.
Presta atención a los prejuicios raciales en los libros y las películas, y elige aquellos que representen a las personas de distintos grupos raciales y étnicos de una manera positiva.
Examina con tu hijo(a) el pasado para comprender mejor el presente. Acontecimientos históricos como el fin del apartheid en Sudáfrica y el movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos muestran que es posible lograr la igualdad y la justicia cuando las personas se unen por una causa. Compartir estas experiencias refuerza la apertura de tu hijo(a) a nuevas perspectivas.
Hay que evitar el concepto de “los otros”.
Tú eres el ejemplo que sigue tu hijo(a)
Los hijos conocen el mundo a través de sus padres. Lo que tu hijo(a) te ve hacer es tan importante como lo que te oye decir.
Al igual que el lenguaje, los prejuicios se aprenden con el tiempo. Para que puedas ayudar a tu hijo(a) a reconocer y hacer frente a los prejuicios raciales, primero debes reflexionar sobre los tuyos.
Aprovecha todas las oportunidades que se presenten para oponerte al racismo, demostrar tu sentido de la bondad y defender el derecho de todas las personas a ser tratadas con dignidad y respeto.
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