La Fiscalía tendrá que indagar la denuncia que realizó el diputado Andrés Celis, y quien acusó que alumnos del Liceo Técnico de Valparaíso, debieron realizar labores como ejercicio de clases, que significaron finalizar la fase de producción de colaciones que significaron una transacción de $180 millones.
La denuncia en el Ministerio Público fue interpuesto por la defensora de los derechos de la Niñez, Patricia Muñóz, quien interpuso la acción judicial por posible administración irregular de fondos públicos con ocasión de la eventual vulneración a los derechos de estudiantes, quienes fueron obligados a trabajar de manera no remunerada al interior del Liceo Técnico de Valparaíso, dependiente de la la Corporación Municipal para el Desarrollo Social de Valparaíso, Cormuval.
Según Celis, los hechos ocurrieron en 2017 en el Liceo Técnico de Valparaíso, ex Liceo Técnico Femenino A-24, dependiente de la Cormuval, los que habrían generado ingresos por $180 millones al vender colaciones a 37 escuelas pertenecientes a la misma corporación. Los productos (yogurth, manzana y galletas) , habrían sido embolsados por estudiantes de la carrera técnica de nivel medio en “Alimentación Colectiva”, bajo el pretexto de hacerlo en el ejercicio de sus actividades escolares.
Además de la acción que llevará a cabo la Fiscalía, la Defensora solicitó información al alcalde de Valparaíso Jorge Sharp, en su calidad de presidente del directorio de la Cormuval, y al director del Liceo Técnico de Valparaíso, Mario Díaz.
Al respecto, el diputado Andrés Celis, quien expuso los antecedentes, manifestó que “la información que recibí me parece preocupante y por lo mismo oficié a la Defensora de la Niñez, además de recurrir a Contraloría. Lo más grave e indignante de esto es que además de ser jóvenes que desempeñaban labores no remuneradas, lo hacían en condiciones de higiene y de seguridad deficiente, lo que ya fue comprobado por la autoridad de salud regional.
“Es sabido que en la especialidad de alimentación los alumnos preparan alimentos, mezclan ingredientes, recetas, entre muchas otras labores, sin embargo, lo cierto es que en este caso eran alumnos obligados a embolsar diariamente yogurt, manzanas y galletas, lo que está lejos de constituir labores educacionales, sino que eran propias de una relación laboral, de la que la Cormuval lucraba, utilizando fondos públicos en beneficio personal de los involucrados”, concluyó el parlamentario.
Be the first to write a comment.