El noticiario AhoraNoticias, de Mega, entrevistó de manera exclusiva a Marcela Aranda, la mujer que denunció abusos sexuales por parte del sacerdote jesuita y excapellán del Hogar de Cristo, Renato Poblete.
Aranda relató que los abusos por parte del sacerdote ocurrieron cuando ella tenía 19 años y se extendieron durante ocho años. “Él empezó a abusarme sexualmente con mucha violencia”, contó la ingeniero mecánico y teóloga.
“Él me llevaba donde otros hombres, que eran amigos de él, para que me violaran y me pegaran por turnos mientras él miraba”, afirmó.
Respecto a si estos otros sujetos eran sacerdotes, señaló que nunca lo supo porque se cubrían el rostro. “Eso pasó los últimos años del abuso, eso me despedazó, me despedazó completamente. yo me sentía una basura”, dijo.
“Los primeros encuentros se mantenían en un cierto margen de normalidad, aunque había ciertas caricias que no sentía muy propias de un director espiritual, pero no ocurría más que eso. Mucha cercanía física, que encontraba inapropiada, pero bueno decía él será así, no me cuestionaba mayormente”, añadió
Marcela Aranda también aseguró que las visitas en su casa fueron recurrentes, por lo que se vio forzada a aceptar los abusos. Sin embargo, afirmó que nunca sintió amor por el sacerdote, pero sí una admiración.
Además, la teóloga contó que ella volvía a Poblete debido a sus amenazas y chantajes: “Que iba a perder la universidad, que lo iba a perder todo, que me iba a hacer pedazos si yo decía algo porque nadie me iba a creer a mí. Entonces yo no tenía salida, estaba terriblemente sola, no le podía decir a nadie”.
“Simplemente fue violencia, no hubo desarrollo, no es algo que fue creciendo, algo así como una relación. Esto no fue una relación, fue una violación. Golpes, insultos, eso era lo que él hacía conmigo. Así fue arrasando mi vida y después me decía que no le dijera a nadie porque nadie me iba a creer”, añadió.
“ME OBLIGÓ A ABORTAR TRES VECES”
Aranda además expresó que “Lo más terrible y que me hace sufrir es que él me obligó a abortar y no sólo una vez, tres veces. Tres niños que nunca pude abrazar, arrasados por un hombre abominable”.
“Me recogía y me llevaba a practicar un aborto, sin que yo lo supiera la primera vez. Yo no sabía a lo que iba”, sostuvo.
Según la narración de la víctima, que en ese entonces tenía 20 años de edad, Poblete la adormeció por lo que estuvo inconsciente durante todo el proceso. De este modo sólo se enteró una vez que llegó a su casa.
La relación de Marcela Aranda y Renato Poblete comenzó en la década de los 80. En ese entonces Marcela se encontraba iniciando sus estudios de Teología en la Universidad Católica.
“En los primeros años de universidad, surgió en mí el deseo de ser religiosa. En ese contexto me presentan al capellán del hogar de Cristo… me cuesta decir el nombre… Renato Poblete”, contó.
“Yo estaba súper halagada, un personaje tan importante y famoso me dedicara tiempo para acompañarme a mí, una simple estudiante”, agregó.
“YO VOY SER TU PADRE”
En la misma línea, señaló que “en ese momento estábamos pasando por un período complicado, sobre todo con mi padre, sobre lo cual no quiero profundizar por respeto a él, porque me ha apoyado incondicional en esta etapa”.
“Él me dijo (Poblete), ‘de ahora en adelante, voy a ser tu padre. Yo te voy a cuidar’. Eso fue lo que me dijo y recuerdo hasta el día de hoy”, recordó Aranda.
Luego de años de abusos, Aranda se contactó con el exprovincial jesuita Juan Ochagavía, y le contó todo lo que le estaba pasando. Sin embargo nunca recibió respuesta.
“Hablé más de una vez con él, pero nunca recibí respuesta. Juan Ochagavía no me ayudó en nada. Nunca me preguntó nada. No sé qué hizo con esa información, porque seguí padeciendo el abuso sexual de estos hombres”, sentenció.
Aranda narró que “hacia el final, cuando llega otra jovencita y yo noto a que Renato Poblete le gusta esta chica, él me deja a mí y en esa oportunidad yo salgo”. Al respecto, Marcela aseguró que notó el interés de Poblete por la joven: “por las caricias lascivas. Era yo a los 19 años”.
“Como pasaron los días, las semanas y él no me buscaba, me arranco”, contó.
DENUNCIA ECLESIÁSTICA
Marcela Aranda no llegó a denunciar la situación a la justicia, pero sí realizó una eclesiástica. “Pese a todo sigo siendo católica, por eso le quise dar la oportunidad a la Compañía de Jesús, para que haga investigación diligente y una reparación”, explicó.
Las conclusiones de la investigación eclesiástica deberían conocerse en los próximos meses. Marcela Aranda espera que ella reconozca su verdad y esta se transforme en reparaciones y señales de la iglesia.
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