Asimismo, el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago condenó a Adolfo Pineda y Claudio Sandoval por su participación en el ilícito de juego ilegal y explotación de casinos clandestinos, recibiendo por estos hechos 41 días de presidio remitido más el pago de 11 UTM.

Al respecto, el abogado querellante Juan Carlos Manríquez –en representación de la Asociación Chilena de Casinos de Juegos- dijo estar “satisfecho” con la decisión del tribunal “al condenar a los operadores, administradores y explotadores de estas casas de juego de azar ilegal, y muy especialmente porque, por segunda vez, ha quedado en claro que no se puede recibir ni pagar apuestas en dinero, o representativas en dinero, fuera de los casinos legales”.

“También se demostró que, específicamente en este caso, la modalidad del Poker Texas Holdem es un juego de azar en el catálogo y homologado, en consecuencia, jugarlo fuera de los casinos legales es un delito”, recalcó Manríquez.

La causa, que en sus inicios estuvo a cargo del fiscal oriente de entonces, Roberto Contreras, se inició tras la querella presentada por la Asociación Chilena de Casinos de Juegos en 2014.

De acuerdo a los antecedentes reunidos en la investigación, Kanaan habría creado una organización jerárquica compuesta por su esposa, Miguel Cumsille, Claudio Sandoval y Adolfo Pineda, quienes tenían a cargo la administración de las diferentes sedes.

Según el Ministerio Público, las ganancias generadas en el inmueble de La Pastora, en la comuna de Las Condes, permitieron la creación de otros tres casinos clandestinos en la comuna de Santiago, y al momento de los allanamientos ocurridos en 2017, la organización preparaba la instalación de un nuevo local en Vitacura, específicamente en calle Espoz.

Según consta en las conversaciones de los propios imputados obtenidas a lo largo de las pesquisas, cada casa de juego le embolsaba cerca de $25 millones al mes.

El caso se remonta a agosto de 2016, cuando dos clientes denunciaron haber sido contactados por Kanaan para participar en las apuestas. Lo anterior alertó a la policía que, tras un trabajo de vigilancia, logró establecer un alto flujo de personas en horario nocturno.

Asimismo, la indagatoria determinó que los clientes eran contactados por otros agentes, cómplices de la asociación ilícita, en casinos de Los Andes, Antofagasta y Valparaíso.